No es mi intención aprovechar esta tribuna pública para hacer autobombo y hablaros de mi vida privada. Quien me conoce ya sabe de mi discreción y de mis reservas ante la falta de privacidad que corre por el mundo internáutico. Pero el tema que quiero abordar me motiva a hacerlo. Y es que, desde hace unos años me he acostumbrado a correr por el Camí de Cavalls. Ya sé que hay una auténtica obsesión con el llamado running, lo que dice mucho de la sociedad que lo fomenta: he leído que, según una encuesta realizada en Barcelona, hay el doble de gente a la que le gusta salir a correr respecto de la gente que dice practicar el fútbol. Yo soy un simple corredor por motivos prácticos que ahora no vienen a cuento. Sólo diré que ya salía a hacer kilómetros mucho antes de que apareciera esta fiebre. En mi caso, además, no se trata tan sólo de hacer deporte. Por ejemplo, algunas de las cosas que he escrito últimamente en el blog Xalandria se han pensado a más de ciento cincuenta pulsaciones, hiperventilando. A la vista de los resultados, no se si ha sido provechoso hacerlo así. Mientras corro, sin embargo, las ideas fluyen a fondo (y el problema es recordarlas al terminar la carrera).
Me gusta, además, practicar este deporte por el Camí de Cavalls porque esto me permite acceder al medio natural rentabilizando el tiempo. No es fàcil encontrar las cuatro horas necesarias para hacer quince kilómetros a pie. La agenda echa humo. Por ello, reducir el itinerario a un tercio del tiempo necesario es una gran ventaja. La velocidad permite contemplar y vivir el paisaje con suficiente intensidad: son impagables las vistas al llegar al Pou d’en Caldes (con el Monte Toro al fondo), la luminosidad de los vergeles del barranco de cala En Porter desde lo alto de los acantilados, el olor de la manzanilla muy cerca de la cala de Sa Torreta o del hinojo marino en el Pla de Mar (y las estepas, el romero…). Sólo cito algunas como muestra. Casi he recorrido la veintena de etapas en las que se ha dividido la ruta, aprovechando los fines de semana del curso escolar. Y os mentiría si dijera que no me gustaría poder completar el itinerario, para conocer todo el recorrido y, evidentemente, para alcanzar un reto deportivo. Imagino que para esto he llegado a mitificar el tramo que conecta Els Al·locs con cala Pregonda, que aún no me he atrevido a abordar (debe de ser lo más parecido a correr por la montaña que tenemos aquí).
Un servidor, usuario como es del camino como corredor de montaña (si se puede decir así de lo que en inglés llaman trail running), no tengo claro que, por ejemplo, se hagan carreras masivas, a pie o en BTT, cuyo impacto es evidente.
Soy, por tanto, uno más de los usuarios de esta vía. Un camino que tiene diferentes utilidades, no solo la de ser una buen sitio para ir a correr: la práctica del senderismo, el acceso a un buen número de calas y de playas isleñas, las salidas en bicicleta de montaña, los paseos a caballo…, todos estos usos ya se preveían en el momento en que, a raíz de las reivindicaciones populares, de la mano de la Coordinadora en Defensa del Camí de Cavalls, se consiguió el uso público de este sendero de casi doscientos kilómetros que circunvala la isla y que, desde 2013 es el GR-223.
Se ha dicho, y es una evidencia, que el sendero rezuma un gran potencial económico asociado a la tipología de sus usuarios, gente con poder adquisitivo que valora el medio ambiente. Bien dinamizado, se podría avanzar hacia la tan pregonada desestacionalización (las mejores épocas para transitar por él son otoño y primavera). Para que esto fuera una realidad, serían necesarias algunas inversiones y, aunque parezca una evidencia decirlo, hacer las cosas bien hechas. En cuanto a infraestructuras, por ejemplo, hay suficientes núcleos urbanizados a lo largo del recorrido que permitirían la pernoctación y avituallamiento de los senderistas que quisieran hacerlo entero. Hay que tomar medidas para que haya establecimientos que abran fuera de la temporada turística y para que los potenciales usuarios vengan más allá del verano. Este es un pez que se muerde la cola, pero alguien tendrá que empezar.
Ahora bien, hay una serie de inconvenientes que se deben tomar en consideración y que hay que evitar, regulando su uso. El mayor peligro deriva de la masificación, especialmente palpable en verano en algunos tramos, los más cercanos a las urbanizaciones y los que conectan con las calas más mediáticas de la isla. Pasear, a veces, es como pasar por el centro de Maó. La masificación, además, va ligada directamente con la erosión. Hay especialistas en la materia, geógrafos como Xisco Roig, que no se cansan de denunciarlo, con toda la razón del mundo. Para minimizar su impacto, hacen falta medidas contundentes en el mantenimiento del camino. Quizás el dinero de la mal llamada ecotasa (más tasa que no eco, tal y como está planteada), en un porcentaje bastante generoso, se le deberían destinar.
Otro de los inconvenientes que presenta el Camí de Cavalls tiene que ver con el recorrido concreto que presenta. El sendero discurre, en algunos tramos, por zonas de gran impacto ecológico. Hay que plantearse modificaciones puntuales en el trazado. El ejemplo paradigmático lo encontramos en las salinas de Mongofra, que el camino atraviesa por el medio, junto a las zonas inundables que son zona de cría de toda una serie de aves limícolas. Hacer el nido cerca de un lugar de paso no es la mejor opción para estas aves. La solución pasa por alejar el camino de esta zona húmeda.
Finalmente, creo que hay que evitar hacer animaladas. Un servidor, usuario como es del camino como corredor de montaña (si se puede decir así de lo que en inglés llaman trail running), no tengo claro que, por ejemplo, se hagan carreras masivas, a pie o en BTT, cuyo impacto es evidente. Después de ver lo que ha pasado en Mallorca con la carrera de la sierra de Tramontana, suspendida porque se había convertido en insostenible desde un punto de vista ambiental, creo que deberíamos replantearnos algunas cosas. Por ejemplo, calcular ratios de gente con la que minimizar el impacto en el medio y limitar, de esta manera, el número de participantes en estos eventos. Y, si al hacer números, se comprobase que hacer este tipo de carreras no es viable, no deberíamos dudar en seguir el ejemplo de los mallorquines. También, habría que evitar el paso de los atletas por las zonas más sensibles, que las hay. Se trata, básicamente, de no cargarnos un elemento de presente y, sobre todo, de futuro, el Camí de Cavalls. Se trata, básicamente, de no morir de éxito.
EL AUTOR
Ismael Pelegrí, miembro del Institut Menorrquí d’Estudis, IME.
Este artículo fue publicado en el blog Xalandria el día 20/08/2016
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Hola!
Me ha gustado el planteamiento que has hecho en el artículo.
En mi caso eché en falta algunas facilidades mínimas, como por ejemplo alguna fuente de agua aunque sea en los pueblos no estaría mal.
Hice el camino primitivo (Oviedo-Santiago) en octubre, y por supuesto no me faltó de nada. Esos caminos están muy bien preparados.
Mi idea era hacer este recorrido entero en 8 etapas a finales del año 2021. Empecé por la parte norte desde Mahón, pero por falta de agua y comida tuve que abandonar en el 4 día (cogí un desvío por carretera a Ciutadella). Para haber podido hacerlo tendría que haber llevado mínimo 10L de agua (hidratación + higiéne mínima), lo cual es inviable. No había nada en los 96 km que discurren desde Mahón hasta Ciutadella.
Me puedo imaginar Menorca masificado en verano (lo cual no iría), pero es una pena verlo tan desolado y abandonado en temporada baja.
Quizás un mínimo de instalaciones, y algún que otro albergue o cabaña para viajeros con poder adquisitivo más variado, podría estar genial…! Desde luego animaría a que fuera otro perfil de turista, no solo el de veraneo.
Saludos!
Hola,
yo he realizado 2/3 partes del camí de cavalls este mes de agosto corriendo y no se si se trata de la época del año en que tenga mayor afluencia de usuarios, pero desde luego la mayoría de las ocasiones corría completamente solo, incluso tenía miedo que en caso de tener una caída o cualquier percance, alguien pudiera socorrerme. Llevo mas de treinta años corriendo por Catalunya y el camí de cavalls de este verano lo e encontrado como un lujo, muy poca afluencia, muy bien señalizado y un entorno maravilloso, en ocasiones húmedo, otras seco, la variedad es incuestionable.
Es posible que no sea recomendable en algunos humedales, que pase el cami de cavalls por el daño que pueda ocasionarse a las especies de su entorno, pero creo que esto hay especialistas que son los que deben opinar, recomendar y asesorar a quien corresponda.
Es mi opinión por lo vivido este verano, tal vez haya otras épocas del año que posiblemente la afluencia sea superior, pero desconozco esta situación y en ningún momento e visto saturación de usuarios, bueno menos en el tramo que pasa por Binibequer Vell, Mahó o Ciutadella, pero no es el caso que estamos comentando.
Saludos y espero podamos seguir disfrutando muchos años de la belleza del Camí de Cavalls
Em sembla correcte intentar preservar el medi, per tant, tant la desestacionalitzat, com la limitació d’activitats massives serien opcions vàlides
Ja sé que no pot ser bó per tothom